Crece la cultura biodinámica en Latam

Economía

Crece la vitivinicultura biodinámica en Latam

El 14° Encuentro Internacional de Vitivinicultura Biodinámica reunió a destacados referentes del sector en una jornada que abordó los desafíos y las oportunidades de esta práctica en América Latina.

Redacción Los Andes

6 de diciembre de 2024,

16:09

El 14° Encuentro Internacional de Vitivinicultura Biodinámica dejó en claro que la vitivinicultura biodinámica no es solo una tendencia, sino una filosofía que busca equilibrio entre producción, calidad y sustentabilidad. Si bien los desafíos son numerosos, las experiencias compartidas por los expositores en Mendoza demostraron que este camino tiene un potencial transformador tanto en Argentina como en Chile.

Arturo Labbé, representante del Grupo de Viñas Biodinámicas de Chile, destacó que esta práctica lleva 25 años desarrollándose en su país, con unas 1.500 hectáreas certificadas por Demeter. “Más que una moda, obedece a una respuesta de cómo los agricultores se quieren relacionar con el medio natural”, afirmó. Además, enfatizó que la biodinámica no sólo evita productos de síntesis química como la agricultura orgánica, sino que también busca la auto sustentabilidad del viñedo, reduciendo al mínimo los insumos externos.

Consultado sobre el impacto del cambio climático, Labbé subrayó la importancia de trabajar con la naturaleza para mejorar su resiliencia. “El cambio climático genera incertidumbre sobre las repercusiones en la producción vegetal y la calidad de los vinos. Sin embargo, creemos que al trabajar con la naturaleza podemos mantener la calidad y la expresión de los vinos”, destacó.

Respecto al rol de las grandes empresas, Labbé afirmó que éstas pueden ser una tracción importante para que los modelos biodinámicos se extiendan a pequeñas unidades agrícolas. “Demuestran que estos modelos no están restringidos a pequeñas superficies, sino que también pueden implementarse en grandes extensiones”, explicó.

Por su parte, Andrés Valero de Grupo Avinea, enfatizó la importancia de la sustentabilidad como un “GPS” que orienta las decisiones hacia diferentes caminos. Entre los temas destacados en el encuentro, mencionó la responsabilidad social empresaria (RSE) y el impacto positivo en las comunidades locales. “Desde una organización podemos identificar problemas y transformarlos en beneficios, generando proyectos que impacten en escuelas o comunidades cercanas”, explicó.

En cuanto al cambio climático, Valero subrayó la necesidad de medir y reducir la huella de carbono en toda la cadena de producción. “Un ejemplo es el peso de las botellas: al reducirlo, disminuimos la huella, pero debemos educar al consumidor sobre los beneficios ambientales sin comprometer la calidad percibida”, destacó

Maricruz Antolín, de Bodega Krontiras, compartió la trayectoria de su proyecto, que desde su inicio en 2005 adopta prácticas orgánicas y biodinámicas. “Estamos convencidos de que para hablar de vinos de terroir hay que trabajar de esta forma. Son vinos de baja intervención en insumos, pero con mucho foco y trabajo”, explicó.

Antolín también detalló los esfuerzos de ese establecimiento por adaptarse al cambio climático. “Estamos reemplazando coberturas tradicionales como gramíneas y leguminosas, que requieren mucha agua, por pastos nativos. Además, nos enfocamos en entender el desequilibrio del agroecosistema y solucionarlo de manera integral”, afirmó.

Por último, destacó que los productos biodinámicos no solo son sanos para el consumo humano, sino también honestos en su expresión de la calidad del año y del lugar. “El vino es un producto cultural que refleja verdaderamente su origen”, concluyó.

@maricruzantolin

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